Infamous ~ Fragmento del capítulo 1
CAPÍTULO 1
Si pegarse la cabeza contra la pared quemara ciento cincuenta calorías como los demás decían, entonces Nick habría desaparecido. Porque estos últimos días se había dado la cabeza contra la pared tantas veces que debería tener una contusión a estas alturas.
“Mamá, por favor…”
“Te dije que no, y es definitivo. Sos demasiado joven para tener una cita.”
¿A los quince? ¿Posta? Desde cuándo se era demasiado joven para tener una cita a los quince? Si no supiera cómo son las cosas , juraría que ella era una anticuada. Peor, Kyrian tenía la mente más abierta y el realmente era de la edad de piedra, o de la edad de hierro, o de alguna de esas edades aburridas que trataban de machacarle en la escuela.
Ese hombre realmente había tenido citas en un carro de batalla…
Nick tuvo que refrenarse antes de revolear sus ojos- sería como echarle gas a una fogata mientras usaba ropa empapada de kerosene cuando su mamá estaba de este humor.
Soy lo suficientemente grande como para tener un combate a muerte con demonios y zombies, frenar un apocalipsis, lidiar con la Muerte todos los días, y mantener dos trabajos, pero no puedo ir a encontrarme con una chica para ver una película…
Si, claro, porque eso tenía mucho sentido.
El suspiró irritado. “Soy un año más grande que vos cuando me tuviste.”
Ella le estrechó sus pequeños y redondos ojos azules y levantó su mentón para clavarle los ojos. Él todavía no se había acostumbrado a mirar a su mamá desde arriba, la cual apenas le llegaba a la mitad del pecho por estos días.
El hecho de que alguien tan increíblemente pequeña pudiera intimidarlo con nada más que un ceño fruncido no le sentaba bien a él. Pero más allá de las discusiones y las diferencias de opinión, él amaba a su madre y no haría nada para lastimarla ni a ella ni a sus sentimientos.
Esa era la razón por la cual ella lo intimidaba con una sola mirada…
Soy un cobarde.
“Ese es precisamente mi punto. ¿Ves en qué tipo de problemas podés meterte? ¿Estás listo para ser padre a los quince? No, no creo que lo estés. Ni siquiera podés acordarte de sacar la basura si no te lo recuerdo al menos tres veces al día. Lo cual, para tu información, es la cantidad de veces al día que un chico te pide comida.
No era que él necesitara que se lo recordaran, sino que odiaba tener que hacerlo y mantenía la esperanza de que ella se olvidara.
Pero mejor no mencionarlo. Lo metería en muchos más problemas. Así que se metió a atacar su primer argumento. “Técnicamente, si embarazara a una chica ahora, tendría dieciséis para cuando el bebé naciera.”
Recogiéndose el pelo en una cola, lo miró con furia. “No sos gracioso, Nick. ¿Cómo te atrevés a burlarte de esto? No es divertido.”
“Bueno, personalmente, creo que hiciste un gran trabajo conmigo, Ma. Y eso fue sin ningún tipo de ayuda. No sé por qué te estás quejando.”
Ella puso las manos en sus caderas y lo miró con furia. “Y vos estás tratando de distraerme con halagos. No va a funcionar. No podés salir con una chica hasta que manejes, y punto final.”
Ese era otro tema delicado para él. “Me la paso pidiéndote que me enseñes.”
“Nunca en mi coche nuevo. Es el único cero kilómetro que tuve y es el único que tenemos. Si chocás, no tenemos forma de evacuar durante la temporada de huracanes.”
Nick gruñó por lo bajo. Tenía más que dinero suficiente en ahorros para comprarse un coche, pero por la edad que tenía no podía firmar para comprarse uno y su madre se rehusaba a hacerlo por él.
Ese dinero es para la universidad, no para un coche que no necesitás. No hay ningún lugar al que tengas que ir que tus pies o un colectivo no te puedan llevar.
¡Uy! Su madre era tan frustrante y de tantas formas.
Él le hizo un puchero. “Así que básicamente, nunca voy a aprender a manejar, y a consecuencia de eso nunca voy a tener una cita.”
Ella sonrió con orgullo antes de darse vuelta para ir a buscar sus zapatos a su habitación. “Ahora te das cuenta como son las cosas, bichito.”
Él hizo burla de sus palabras. Hasta que se dio vuelta de golpe para enfrentarlo como si supiera lo que estaba haciendo.
Nick le dio su sonrisa más encantadora. “Dale, ma. Todos en mi clase tienen citas. Incluso Madaug.”
“¿Y si…”
“… Todos se tiraran de un tren vos también lo harías? Preguntó Nick en un falsetto antes de que ella tuviera la chance de decirlo.
Si, eso le ganó otra mirada hostil. “No me hagas burla, hijo.”
“Perdón.”
Ella se puso sus zapatos. “No, no me estás pidiendo perdón de verdad. Pero si volvés a hacerlo, lo vas a lamentar.” Ella se enderezó. “Ahora me voy para el trabajo. Vuelvo a eso de las doce. ¿Vas a ir a la casa embrujada que la escuela patrocina?”
Nick dijo en tono de burla. “Si, claro, ma. Es justo lo que tengo ganas de hacer. Mearme los pantalones frente a todos mis compañeros y gritar como una nena. Es otro intento tuyo para asegurarte que no tenga una cita mientras viva. ¿Verdad?
Él pudo decir, por la forma en que sus labios se fruncieron, que ella no quería reírse de su comentario. Al final, no pudo quedarse seria y se rio. “Sos terrible.”
Dándole un beso en la mejilla, le revolvió el pelo. “Portate bien, vuelvo en un rato.”
Ella abrió la puerta, y después pegó un grito.
Nick se preparó, para pelear contra cualquiera que estuviera ahí afuera.
Hasta que su madre dio un paso hacia atrás, riéndose. “Por Dios Sr. Grim, me sacó diez años de vida del susto. Nick no me dijo que su tutor veía esta noche.” Ella lo miró a Nick censurándolo, pero él también estaba sorprendido por la aparición de Grim al igual que ella. Pero como estaban lidiando con La Muerte, él no le respondió a su madre.
Como siempre, La Muerte llegaba cuando menos lo esperabas…cuando quería venir.
“La próxima avísame si es posible que tengamos compañía.” Sonriendo, pasó por al lado de Grim. “Que tengan buenas noches. Disculpen, tengo que irme volando o voy a llegar tarde al trabajo.”
Grim cerró la puerta después de que ella se fuera. Para Nick, él se veía como cualquier otro hombre joven, al final de su adolescencia, quizás en sus veinte, con cabello rubio oscuro, desordenado, y ojos grises, vestido con un canguro negro que tenía una calavera y huesos en la espalda. Pero la parca podía proyectarle a los otros lo que quería que vieran, es por eso que la madre de Nick lo vio como una persona de treinta.
Alguien que era respetable.
Ella literalmente se moriría al saber que había dejado entrar a la parca en su casa.
Riéndose, Grim se dio vuelta para encarar a Nick. “Tu madre es tan inconsciente de todo que me encanta. Es lo que adoro de ella. La mayoría de la gente, aunque no pueden ver mi forma verdadera, se sienten incómodos en mi presencia. Pero tu mamá no. Ella honestamente cree que soy humano. No tiene precio.”
“Seh.” Y esa era una de las cosas que a Nick más le preocupaban. Ella carecía de cualquier tipo de habilidad para sentir lo sobrenatural. “Ella todavía piensa que Kyrian vende drogas. Ni te imaginás los sermones que me da por trabajar para él.”
La muerte frunció la boca. “Ni me menciones a tu jefe. La gente que puede hacerle trampa a la muerte me molesta. Odio todo ese asuntito de Artemisa al hacerlos volver de la muerte. Realmente, no debería haber ninguna otra alternativa.”
Nick evitó mencionar el hecho de que un día, él sería otro de los que harían trampa a la muerte. Ese día debería ser interesante, dada la relación que tenían. “¿Y cómo es que Artemisa puede hacer eso?”
Grim se burló. “Si claro, porque soy lo suficientemente tonto como para darle esa información a un Malachai. ¿Acaso tengo la palabra –estúpido- tatuada en la frente?”
Siendo lo suficientemente sabio como para contestarle con sarcasmo a la muerte, Nick se rascó la nuca.
Grim, que era extremadamente obsesivo compulsivo respecto de los gérmenes, se metió las manos en los bolsillos y se acercó a Nick. “Así que…¿cómo está mi discípulo menos favorito?”
“Todavía no estoy muerto.”
“Si, eso desafortunadamente, lo sé.” Grim suspiró pesadamente. “Una lástima. Sigo esperando que algo te agarre y no te deje ir, pero no tengo tanta suerte….todavía.”
“Yo también te quiero, Grim. Me encantan nuestras pequeñas reuniones.”
“Estoy seguro que te gustan tanto como a mí.”
Si, en en su lista de cosas favoritas, estaba cabeza a cabeza con un tratamiento de conducto y la amputación. Sin hacer comentarios, Nick fue a buscar su caja de “juguetes” para su lección, pero Grim lo detuvo.
“Vamos a dejar la adivinación por un tiempo. Creo que ya aprendiste casi todo lo que tiene que ver con eso.”
Nick lo discutiría, ya que la última vez que intentó usar su péndulo, lo golpeó y casi le saca el ojo. Todavía el puente de su nariz estaba lastimado y eso que había sido una semana atrás.
Por el resto, iba y venía sin ton ni son. Pero siempre tenía ganas de aprender algo nuevo. “¿Qué vamos a hacer entonces?”
“Silkspeech.” (silk=seda, speech=discurso/habla)
Nick arqueó su ceja ante el término que no entendía. “Voy a aprender a hablarle a las telas. Genial. Un poder increíble, Grim. Justo lo que siempre quise hacer. No puedo esperar.”
Grim gruñó exasperado ante el sarcasmo de Nick. “Me duele tano saber lo fácil que puedo matarte.”
“Si, bueno. ¿Qué querés que te diga? No muchos pueden joder a la muerte y vivir para contarlo. Me encanta el papel que juego en tu vida.”
Grim dijo algo por lo bajo que sonó como una amenaza. “Silkspeech es el poder para influenciar y controlar.”
Ah, eso sonaba como un poder que realmente podría aprovechar. Finalmente, un poder que valía la pena tener. “¿Influenciar?”
“La habilidad de hacerle creer a las personas lo que vos quieras que ellos crean.”
“¿Algo como control mental?”
“Si y no. El control mental no funciona con cabezaduras. Vos sabés….criaturas como vos.”
Bueno, si solo funcionara algunas veces… “¿Entonces de qué sirve?”
“Bien.” Grim se dirigió hacia la puerta. “Si no querés aprenderlo..”
“Esperá, esperá, esperá. Yo no dije eso. Quiero aprender a influenciar a otros.” Especialmente si podía cambiar un poco la actitud de su madre respecto de tener citas, de manejar, las tareas de la casa….
Si, había muchas posibilidades. Con suerte ¡no tendría que volver a sacar la basura otra vez!
Grim se dio vuelta lentamente. “Un consejo, pibe, cuando uses este poder, tenes que tener cuidado. Como todos los otros poderes, a veces tiene un terrible efecto secundario.
“¿Cómo qué?”
“Podría causar que alguien se suicidara. Alterar su destino. Causar un impacto en formas que jamás sospecharías hasta que sea demasiado tarde.”
Ah, bien. Otro poder en el que no podía confiar. Justo lo que quería. A esta altura, no estaba seguro de por qué lo estaban entrenando. Era como darle pan al que no tiene dientes.
Nick suspiró pesadamente. “Tengo todos estos poderes y el único que me funciona es la habilidad de pedir ayuda, y ese solamente funciona si Caleb no está en la ducha o con alguna mujer. ¿Por qué un poder no puede…solamente un poder, funcionar como se supone que funcione?”
La expresión del Grim era fría y perversa. “Técnicamente, funcionan. El problema es que cada humano es diferente y reaccionan al estímulo en formas singulares. Es por eso que no es confiable y es lo que hace que tus poderes se vean como si hubieras hecho las cosas mal. Antes de usarlos, tenés que tomarte el tiempo de conocer a tu blanco.”
Nick frunció el ceño. “No entiendo.”
“Sí que lo entendés. Vos tenés el instinto, y es por eso que te acercás a determinadas personas y salís corriendo de otras.” Grim levantó una de las muñecas de porcelana que la madre de Nick coleccionaba y la estudió mientras hablaban. “Tomemos como ejemplo la palabra ´redneck´.(término despectivo para campesino). Algunas personas sienten orgullo como si llevaran una corona. Otros lo toman como el peor insulto posible.” Él devolvió la muñeca a su estante. “Originalmente, la palabra tenía un significado completamente diferente. En su momento, rednecks eran los trabajadores sindicados de las minas en Pensilvania, Virginia del Oeste y la parte este de Kentucky, bastante lejos del sur donde la mayoría de la gente piensa que viven los rednecks. Eran de todo tipo de razas y credos, y usaban un pañuelo rojo alrededor de sus cuellos, con orgullo. Era una forma de identificarse, y una marca de solidaridad de los trabajadores que se enfrentaban a las grandes corporaciones que los explotaban. En resumen, eran héroes, gente admirada.”
Nick puso los ojos como platos. Cuando Grim y Kyrian hablaban de historia, era interesante. Cuando su maestro lo hacía, lo ponía a dormir. “¿De verdad?”
Grim asintió. “Le llevó décadas convertirse en un término despectivo. Pasa seguido con el lenguaje. La palabra ´guerra´ antes significaba ser precavido, como ´advertencia´.´Precoz´ originalmente significaba ´estúpido´. Pero me estoy divagando. El punto es, pibe, que la gente puede ser manipulada. Palabras o imágenes pueden causar una emoción negativa que los recorre de arriba abajo. Si yo le dijera ´redneck´ a tu amigo Bubba, él se reiría y estaría de acuero. Si le dijera ´redneck´a tu amigo Mark, ofendería, y para su pesar, trataría de golpearme. Cuando intentes ´Silkspeech´ tenés que entender por qué puede tener efectos adversos en tu target. Si accidentalmente le das en un punto débil, podés terminar obteniendo una respuesta violenta en vez de una positiva. O al revés.”
Nick asintió mientras incorporaba la lección de Grim. Era algo que había estado haciendo por años, especialmente con idiotas como Stone en la escuela. “Así que lo que estás diciendo es que tengo que aprender cuáles son los puntos débiles de cada uno.”
“Exactamente.”
“Eso es psicología básica, Grim. ¿Cómo se supone que sea un poder?”
Sus ojos brillaron color rojo, y luego volvieron a ser negros. “Vas a ser capaz de hacerlo sin decir una palabra. Con un solo pensamiento vas a poder presionar sus puntos débiles.”
Ah, eso era genial. “Entonces voy a ser como Obi Wan Kenobi con poderes mentales de Jedi.” Él levantó sus manos y las movió como si estuviera conjurando a ´La Fuerza´. “Estos no son los robots que estás buscando.”
Grim suspiró frustrado antes de mirar al techo. “Es como tratar de entrenar a un gato con síndrome de atención en una fábrica de ratones.”
“Che. Estoy concentrado.” Especialmente comparado a cómo se concentraba en su salón de clases.
Grim se burló. “Solamente tengo un treinta porciento de tu atención un veinte porciento del tiempo. El resto de tu cerebro está ocupado en estrategias de juegos, mujeres con poca ropa, y todas las cosas que tenés ganas de hacer una vez que crezcas y vivas solo.”
Ok, La Muerte había probado su punto. ¿Pero qué había de malo en eso? Nick se sentía como si tuviera una soga al cuello. Física y mentalmente, había madurado, pero todos seguían tratándolo como a un nene. Un hecho que estaba comenzando a irritarlo. A su edad, su madre había estado sola con un bebé. Kyrian había sido un soldado griego veterano, luchando contra la ocupación romana. Y quién sabría qué habría estado haciendo Grim a su edad. Por todas las veces que su madre lo había tratado como si no fuera capaz de atarse sus propios cordones, él la había estado cuidando, durante la mayor parte de su vida. Ayudándola a pagar las cuentas. Haciendo tareas en el hogar. Protegiéndola. Ayudando a Menyara con su coche. Durante el año pasado, le habían disparado y había combatido enemigos sobrenaturales que salían de todos los rincones. La única gente que no lo trataba como si tuviera cinco años eran Kyrian y Acheron.
Y Grim
Si querés que otros te respeten, tenés que respetarlos primero. Las palabras de su madre volvieron para atormentarlo. Poniéndose serio, asintió. “Está bien, tenés mi completa atención.”
“Si, y va a durar unos tres segundos,” dijo Grim por lo bajo. “Honestamente, si no te conociera mejor, juraría que no sos el Malachai. Me asombra que algo que no vale casi nada pueda tener algún tipo de poder. Naciste una basura y eso es lo único que vas a ser en tu vida.” Y lo miró a Nick de arriba hacia abajo, como si le diera asco. “No sos nada.”
La furia le nubló la vista. La sangre le recorrió las venas con tanta velocidad que su cuerpo entero subió la temperatura al nivel de lava ardiente. “Vas a ver lo que valgo, pibe. Estás a punto de averiguar todo lo que puedo hacer.”
Grim se rio. “Eso es, finalmente tengo tu atención, y acabás de aprender la primera lección sobre influencia. Tenés que usar tus dotes de adivinación y tu videncia para dar en el lugar justo que va a hacer reaccionar a la persona que estás tratando de manipular. Incluso alguien tan cabezadura como vos puede ser influenciado. No con tu mente, pero si con tus palabras o acciones. No puedo controlarte, pero puedo hacerte detonar y manipularte para que tengas la respuesta física o emocional que yo quiera. Ese es un poder al que nadie es inmune.”
Nick frunció el ceño mientras trataba de entender todos los aspectos de la lección que le había dado Grim. “¿Entonces no lo dijiste de verdad?”
“Si, lo dije de verdad.” Pero usé tus detonantes para obtener el tipo de respuesta que quería. Sin embargo, no que dije no fue sutil. Es la sutileza lo que tenés que dominar, y es eso lo que te va a convertir en alguien peligroso. La mejor forma de influenciar es siempre la que pasa desapercibida. La que tu objetivo toma como si fuera su propia idea.
“Suena como algo imposible.”
“Parece imposible, pero no lo es. La gente es muy simple y te asombraría lo fácil que son de influenciar, sin importar quienes son, o de dónde vienen.”
A Nick no le gustó lo fácil que le había sido hacerlo perder los estribos. Kyrian, Menyara y su madre tenían razón. Era demasiado calentón para su propio bien. “¿Hay alguna forma de detectar cuando alguien intenta usarlo contra mí?”
Grim asintió.
“Entonces enseñame, Gran Maestro. Porque no quiero ser la puta de nadie.”
Una luz oscura brilló en los aterrorizantes ojos de Grim. “Ay, Nicky, cielo, ahí está el problema. Tarde o temprano, todos somos la puta de alguien. Y hay un poder dirigiéndose a vos en este momento que va a probarte de todas las formas que puedas imaginarte. Uno que no vas a ver venir hasta que te atornille a la pared y te destripe. ¿Qué buen día para mí, no?”
FRAGMENTO DEL CAPÍTULO 1
Traducción: Mariana Agnelli
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